ENTREVISTA ✍️ Más conocido como “el vasco”, durante casi dos décadas presidió el Instituto de Promoción de Cooperativas y Mutualidades de Entre Ríos (IPCyMER). Quienes lo conocen, lo definen como “un militante del cooperativismo y mutualismo”. La escasa visibilidad de los logros del sector, el impacto en el desarrollo comunitario y la necesidad de unión, son algunos de los temas sobre los que Etchemendy habla en esta entrevista, donde repasa las conquistas y dificultades de una gestión que transformó la Economía Social y Solidaria entrerriana.
– Usted trabajó e impulsó durante muchos años el desarrollo del cooperativismo en Entre Ríos, ¿cuál cree que es el impacto en la vida económica y social de las comunidades?
Nosotros asumimos en 2005 durante la gestión del gobernador Jorge Pedro Busti. El 30 de noviembre del 2023 cumplimos 18 años al frente del Instituto. Trabajamos para fortalecer al cooperativismo y al mutualismo junto con las provincias de la Región Centro (Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos), especialmente en temas importantes como la educación y promoción cooperativa, cooperativismo y mutualismo escolar. Nos ocupamos de personas en contexto de encierro, conformando cooperativas de trabajo para que estén capacitadas en oficios que aprenden en las unidades penales, puedan tener una empresa propia y no sean estigmatizados. También nuestra labor incluyó cooperativas en las que trabajan mujeres trans, tanto en Gualeguaychú como en Concepción del Uruguay. Conformamos la cuarta cooperativa de promotores del cannabis medicinal, en Entre Ríos está la ley provincial. Todo esto se fue potenciado junto con las federaciones y las fundaciones con las que hicimos convenios.
– La provincia de Entre Ríos tiene una fuerte tradición cooperativa…
Así es. Entre Ríos tiene una rica historia, desde la época de Justo José de Urquiza que le dio lugar a un exiliado francés como fue Alejo Peyret, quien estableció en la costa del Uruguay el cooperativismo y mutualismo, y creó la colonia productiva “San José”, donde Urquiza lo nombró director. La primera cooperativa agropecuaria del país se fundó en Basabilbaso, en una colonia judía que no contaba con herramientas, ni semillas, tenían hambre, y hablan el “Idish”. Allí se formó la Cooperativa Agrícola Lucienville, que hasta hoy está vigente. Gracias a esto fuimos declarados por ley nacional como “cuna del cooperativismo agropecuario”.
Su gestión tuvo una incidencia fundamental en el sistema educativo provincial, ¿nos podría contar los efectos concretos en este aspecto?
Cuando asumimos había una ley provincial de educación obligatoria en cooperativismo y mutualismo, pero como les expliqué a las federaciones, había visto en mi profesión y en la legislatura un montón de leyes hermosas pero que son letra muerta. Entonces si nosotros no capacitamos a los docentes nunca el sector iba a entrar en la educación formal. En el 2007 el presidente del Consejo General de Educación, el Lic. Jorge Kerz, nos dio la oportunidad de intervenir en la elaboración de los documentos base, junto con los gremios docentes, con el fin de empezar a establecer en las escuelas entrerrianas el tema del mutualismo y cooperativismo y la formación en los principios y valores del movimiento. Posteriormente se incluyó a la ley provincial muchos artículos sobre las escuelas cooperativas, las mutuales y la formación. Los entrerrianos tuvimos la suerte de que en 2008 se reformó la constitución provincial y pudimos incorporar al mutualismo, incluso a través de un artículo que establecía con rango constitucional la obligatoriedad de la enseñanza del mutualismo y el cooperativismo en las escuelas. Luego se estableció el registro de mutuales y cooperativas escolares. Más tarde nos dieron la posibilidad de otorgar puntaje a las capacitaciones que hacíamos a los docentes. Además se creó una dirección de cooperativismo y mutualismo escolar dentro del ámbito del Consejo General de Educación.
¿Cuáles fueron las problemáticas y dificultades principales que encontró el tiempo que estuvo a cargo del Instituto de Promoción de Cooperativas y Mutualidades de Entre Ríos (IPCyMER)?
Haciendo historia, el primer ataque que tuvo el cooperativismo nacional fue durante la dictadura cívico-militar eclesiástica con la ley de entidades financieras de Martínez de hoz que destruyó las 600 cajas de crédito cooperativo que había en el país, que eran el banquito en los pueblos para el desarrollo local. Después vino el ataque de Cavallo en el gobierno de Menem que también perjudicó al movimiento. Y luego estuvo el intento de aplicación del impuesto a las ganancias en el gobierno de Macri… Siempre planteé que así como nos unió el espanto en esa época, lo mismo deberíamos hacer en épocas de estabilidad. En este momento estamos en una situación muy complicada para la Economía Social. Cada vez la inversión debe ser más alta y no hay financiamiento.
¿Y en términos sociales?
Tuve el acompañamiento de muchas federaciones, fundaciones y personas. Hay mucho trabajo que no se conoce. Claramente, una problemática del sector es la falta de visibilidad. Por ejemplo, Santa Fe tiene 44 mutuales de clubes que son las potencias en sus localidades. Nosotros tenemos 80 cooperativas de agua potable en Entre Ríos, que de no existir privarían de ese servicio a poblaciones de entre 1.500 a 5.000 habitantes.
¿Podría hacer un balance del desarrollo cooperativo en la provincia en estas casi dos décadas de su gestión?
Gracias al acompañamiento de mucha gente progresamos muchísimo: hoy contamos con más de 1000 cooperativas matriculadas y 348 matrículas de mutuales. Tenemos para mostrar una Colonia Productiva en Guardamonte que fue una idea que presentamos al gobernador Gustavo Bordet desde la Federación Agraria Argentina (FAA). Un integrante de FECOFE, Ricardo Garzia, trabajó muchísimo para la formación de la Cooperativa Agropecuaria Federada Gobernador Mansilla, el único frigorífico cooperativo en la provincia que trabajó con la ley ovina. Hay incontables cosas para mostrar pero la falta de visibilidad, que no vendemos o no sabemos vender, ocasiona que no se conozcan.
¿Lo considera una dificultad particularmente de su gestión o en general lo ve como un problema del cooperativismo y mutualismo en la actualidad?
No sólo de mi gestión sino de todo lo que se hace en el país en cooperativas y mutuales. Por ejemplo, cuando participamos en la última reunión federal del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) vimos avances en muchas provincias en cuanto a cooperativa de cannabis o en relación a cooperativas de trabajo o creadas a partir de empresas recuperadas.
¿Cuáles cree que fueron los principales hitos o logros de su gestión?
Haber recuperado la cooperativa de agua potable en Santa Anita, que debía más de 10 ejercicios, en un trabajo conjunto con pobladores que entendieron que iba a desaparecer su empresa de agua y electricidad rural. También normalizamos la Cooperativa de Aldea Brasilera, salvamos empresas lácteas de mucha historia; y la Cooperativa de carniceros que tenía 50 años y estaba en quiebra, y hoy es una potencia con sus propias carnicerías y sale con tráfico Federal a otras provincias. A propósito de esto, se está aprobando el tráfico federal de la Cooperativa de Mansilla que también creció bastante. Por otro lado, es muy importante la última decisión política del gobernador que es crear la colonia productiva Guardamonte, que estaba en las ideas de Urquiza y en la constitución. Esa colonia productiva se encuentra en el departamento Tala, y dentro de ella funciona la escuela agrotécnica 54, una cooperativa agropecuaria, una mutual, etc. Esta Colonia productiva era un emprendimiento de un gobierno anterior, con el objetivo de construir 100 casas para un solo proyecto productivo de cría porcina. Ese proyecto no pudo avanzar pero quedaron hechas 50 casas dentro de ese campo, entonces con el Ministerio de la producción y otros organismos que integramos la comisión asesora del Poder Ejecutivo, analizamos 104 proyectos productivos de los cuales teníamos que entregar campo y casas a 20, otras 20 casas para la policía del Departamento Tala, 7 para pobladores y la escuela agrotécnica funcionando. Esto es un ejemplo a nivel nacional.
¿Considera que es importante el fortalecimiento del cooperativismo para el desarrollo de los pequeños y medianos productores?
Sí, por supuesto. Es la única herramienta que los puede salvar en esta economía globalizada contra los que siempre concentran el poder económico. Las cooperativas son herramientas que, llevándolas de forma eficiente y asociándose con otros, independientemente de las diferencias que puede haber, son muy potentes. El hombre por naturaleza siempre tuvo que asociarse desde la prehistoria para poder satisfacer necesidades. Acá en Entre Ríos las cooperativas apícolas, después de varios años de discusión conformaron la Federación (Federación de Cooperativas Apícolas de Entre Ríos) y ahora hacen compras en conjunto, comercializan y exportan juntos, participaron de la Feria Apimondia, fueron a Turquía, todo con las decisiones políticas de un gobierno provincial que apoyó al cooperativismo y mutualismo.
¿Qué significa el cooperativismo en su vida?
Por un problema personal en otra época de mi vida, me tuve que poner a estudiar cooperativismo. Estaba relacionado con la necesidad de defender la vivienda con un grupo de personas. No me imaginaba que tiempo después iba a estar a cargo del Instituto. El cooperativismo significa estar cerca de la gente. Conocés sus experiencias de vida. Y te das cuenta que la solidaridad y la ayuda mutua es lo más importante.
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Fotografías: Archivo FECOFE y Estación Plus (www.estacionplus.com.ar)